Despedida al Cardenal Nasrallah Boutros Sfeir




Hemos perdido a un padre, líder y símbolo nacional de honestidad y valentía inquebrantable que se enfrentó a las circunstancias más difíciles y duras que un pueblo pueda atravesar. Con su sabiduría legendaria, su cariño y su paciencia, supo afrontar la negligencia del mundo hacia el Líbano y la división de sus ciudadanos ansiosos por el poder y la dominación. Supo despertar el patriotismo en las almas de sus conciudadanos y llevarlos a una liberación pacífica del país, sin que se derramara ni una gota de sangre. Fue conocido por su comportamiento humilde y desinteresado y, por lo tanto, alcanzó lo que la mayoría consideraba inalcanzable.

Entre sus éxitos, destaca la creación de la Fundación Maronita en el Mundo, una organización que vio la luz gracias a su voluntad y su determinación y que pudo reunir a aquellos que no podían reunirse fácilmente.

Nuestra pérdida es indudablemente grande e irrecuperable. Nuestro único consuelo es que el Patriarca Sfeir fue la 76ª perla en el rosario de nuestros patriarcas, y que está ahora ante el Señor Todopoderoso, intercediendo por su pueblo y por la Iglesia que tanto amó y sirvió hábilmente. Eligió fielmente el camino de nuestros antepasados, un camino seguido también por su sucesor el Patriarca Bechara Rai, a quién se le encomendó la gran misión y se le dio la gloria del Líbano.

Con motivo de esta triste ocasión, una delegación de la Fundación Maronita en el Mundo presentó sus condolencias a su Beatitud el Patriarca Bechara Rai, a los obispos y a la familia del Cardenal Nasrallah Sfeir en Bkerki.





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