Carta de San Juan Crisóstomo [1] a San Marón
A Marón, Presbítero y Monje. Estamos unidos a usted por los lazos del amor y por disposición, y le vemos aquí como si estuviera presente. Porque tal es la visión del amor: no lo cortan los caminos, ni se marchita con el tiempo. Desearíamos enviarle cartas con más frecuencia a su Reverencia, pero no nos resulta fácil porque el camino es difícil y pasan pocos viajeros. Aun así, siempre que podemos, saludamos a su Dignidad y le informamos de que permanece en nuestra memoria continuamente y le llevamos en nuestra alma, dondequiera que estemos. Le rogamos que nos informe también sobre su salud con mayor frecuencia, aunque estemos separados por el cuerpo; para que, al saber de qué fuerzas dispone, podamos elevar nuestra alma y, puesto que vivimos retirados del mundo, podamos recibir mucho consuelo. Ya que saber de su salud nos produce mucha alegría. Y ante todo, le ruego que rece por nosotros.